martes, 20 de noviembre de 2007

Marina Taylor esta semana en Interviu



D.N.I.
Marina Taylor
Las Palmas, 8-7-77
1,72 metros, 62 kilos
Campeona del mundo en 2006 de bodyboard
6 veces campeona de Europa
2 veces subcampeona del mundo


Esta es la entrevista que aparece en el numero de esta semana de Interviu
http://www.interviu.es/default.asp?idpublicacio_PK=39&idioma=CAS&idnoticia_PK=46525&idseccio_PK=548&h=

—Conozco historias increíbles, pero la suya es surrealista.
—¡Es que tengo 30 años y estoy con una mano delante y otra detrás! No tengo nada y nadie me ayuda. Tras ganar el campeonato del mundo, me vine abajo al ver que nadie valora mi trabajo. Soy la primera europea que gana este título y no tengo nada que llevarme a la boca. No aguanto más, ya no tengo fuerzas para seguir.

—¿Tan desesperada está?
—¡Cómo no voy a estarlo! Hace un mes no pude ir a Venezuela a defender mi tí tulo porque no tenía los 4.000 euros que me costaba el pasaje y el hostal. Sí, es muy fuerte: soy la número uno y no pude competir por falta de presupuesto.

—Pero en su tabla lleva el nombre de Canarias…
—Sí, hace un año el Gobierno de Canarias me prometió una subvención de 5.000 euros, pero deben pensar que vivo del aire. Dicen que ya me lo pagarán, pero cansa que me ignoren de esta manera.

—Si le ha costado tanto llegar… Resistir es vencer.
—¿Y qué quieres que haga? Da rabia y me sublevo. Estoy pensando en dedicarme a otra cosa ya que así no puedo seguir.

—¿Y de qué vive?
—Dirás cómo malvivo. Doy clases de surf en la playa de Las Canteras (Gran Canaria) y con eso me saco unos eurillos para pagar el alquiler. Pero la culpa es mía. ¡Si me hubiera marchado hace años a Hawái, a Brasil o a Japón, ahora estaría mil veces mejor! En el extranjero me lo habrían dado todo y ahora estaría forrada.

—¡Vamos, que viviría en condiciones!
—Como cualquier campeón del mundo. Me arrepiento de no haberme ido, pero me tiraba la familia, mi ciudad… Y ahora lo estoy pagando. ¿De qué me ha servido llevar el nombre de Canarias por los cinco continentes? Si fuera americana o brasileña, ya me habrían hecho un monumento nacional; en cambio, aquí...

—Algunos dirán que se queja de vicio…
—Los políticos sí, pero los aficionados saben que tengo razón. Y ya estoy harta de tener que mendigar para que me prometan una subvención y encima no recibir nada. Pero en Canarias pasan estas cosas: desprecian a sus campeones y en cambio les pagan miles y miles de euros a artistas o deportistas foráneos por comerse un plátano un par de veces al año.

—¿Qué futuro le espera?
—Lo tengo muy negro. He montado mi escuela de surf, Twinstaylor. Disputaré la última prueba del Mundial en El Confital (Las Palmas de Gran Canaria) del 3 al 9 de diciembre y luego decidiré lo que hago. Lo que es alucinante es que no me subvencionan, pero luego me piden que gane la prueba que ellos organizan.

—¿Qué dicen sus rivales al conocer su situación?
—No dan crédito. Incluso las suramericanas, que son quintas o sextas del ranquin, tienen ayudas. En el extranjero me reconocen por la calle y me hacen reverencias, y en cambio, aquí... Soy luchadora, pero en estas condiciones yo lo dejo por falta de ayudas. Tengo 30 años y debo pensar en mi futuro.

—¿Este año cuánto le ha costado disputar el Mundial?
—Me he gastado 20.000 euros, cantidad que todavía debo. Y eso que busco los vuelos más baratos, me alojo en casa de amigas, como en los burger... Siempre ahorrando y en plan tirada.

—¿Qué dirán los políticos canarios cuando lean esta entrevista?
—A mí se me caería la cara de vergüenza, pero a ellos no sé.

—¿Qué cualidades se necesitan para practicar el bodyboard?
—Hay que ser radical y atrevida para hacer las maniobras, giros y piruetas con el mayor estilo, fluidez y espectacularidad en las zonas críticas de la ola. Es cuestión de saber leer la ola en el momento que se está formando y cuando rompe.

—Llega la ola, ¿qué hace?
—Remo y la cojo en el punto justo. El truco es estar en sintonía con ella para sacarle el mayor partido. Cuando vuelo en esos ocho segundos y estoy a más de seis metros de altura, suelto adrenalina, disfruto, soy feliz y rezo para caer bien y para que la dificultad del ejercicio sea máxima.

—¿Ha pasado miedo encima de una ola?
—Respeto sí, nunca lo he perdido. Si tu- viera miedo, no haría esos movimientos tan arriesgados. Ahora, no olvido que en cualquier momento me la puedo pegar.

—¿Se ha dado muchas tortas?
—Sí, me he lesionado muchas veces. Me he partido la pierna, la nariz, las clavículas... Pero nada duele más que un segundo puesto.

—¿Con qué sueña?
—Con ser feliz, tener equilibrio en mi vida y con superar toda la frustración que ahora me invade. Además de impulsiva y orgullosa, tengo muy mala leche.

—¿Si pudiera, qué capricho se daría?
—Como no tengo nada, necesito muy poco. En mi hambre mando yo. Y no hay nada peor que no dormir tranquila por tener la conciencia sucia.

—¿Qué le parece que el presidente del COE esté obsesionado con poner letra al himno nacional?
—A mí ese señor no me representa y nunca cantaré el himno. Se promociona con esa absurda campaña en vez de ayudar a todos los campeones españoles.

—¿Qué más les dice a los lectores de interviú?
—Que sepan que no desvarío. Si muestro esta rebeldía, es para reivindicar mis derechos y denunciar que no tengo dónde caerme muerta. No pienso llorar más veces de rabia e impotencia.

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